The Last Trip
- Alejandro R. M.
- 12 sept 2019
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 21 abr 2020
¿Sientes?
¿Sientes el mismo miedo de ser consumidos por la pasión oculta en nuestras indiscreciones? ¿Escuchas?
El ruido de la sangre que corre por tus venas y se acelera con cada bocanada de humo. ¿Percibes el olor de lo obvio?
Ese aroma a ganas de besarnos hasta que la definición de "juntos" signifique muerte para el corazón. Imagina lo real de la sensación de mis labios sobre tu espalda, el color de nuestro pudor, tus manos sobre mi mundo. Saborea hoy el cariño que no tenemos ahora que nunca estaremos juntos, disfruta la fugacidad del amor eterno y pide lo imposible, pero nunca exijas control; pues es lo único que no te puedo ofrecer esta noche. Engaña al adiós y dejemos el lagrimeo para el día en el que se agoten las posibilidades de respirar. Vete contenta vida mía que tu y yo seremos siempre, pues los estragos de lo que hoy destruimos, perdurarán en el rincón más inhóspito de la consciencia, en la plenitud de otros amores y durante todas las edades. Cuenta siempre que fue infinito y no culpes al reloj, ya que el amor eterno no es ese que se cuece con el transcurso del tiempo, sino aquel que se extiende a través de los besos y las palabras, así como hoy, así como siempre.
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